Al igual que otra ciencia, desde siempre han existido los problemas que las han llevado a su origen y desarrollo. En el caso de los economistas, los problemas de satisfacer las necesidades de los individuos, y el de analizar cómo piensa y se comporta el agente económico, podríamos decir que comenzó con los filósofos griegos, aunque no podemos llamarlos economistas como los conocemos hoy en día. De hecho, el término “económico” proviene del griego oikonomía que tiene un sentido diferente a lo que conocemos actualmente, se refiere más bien a “administración doméstica” (Rothbard, 2012).

        El honor de haber sido el primer pensador económico griego es para Hesíodo, el poeta que después de Homero, es el más antiguo de los poetas helenos. Poco se sabe de su vida, solo que parece haber sido fundamentada en la enemistad con su hermano Perses, como consecuencia de la herencia de su padre, por tal motivo llego a escribir su obra denominada “Los trabajos y los días”, obra donde también explica el origen del universo y la genealogía de los dioses. Luego que falleciera su padre, Hesíodo paso su juventud al cuidado de un rebaño de ovejas y llevando una vida sencilla pero plácida en Naupaktos (Fernández, Tomás, Tamaro, & Elena, 2004).

        Aunque era insuficiente, y se refiere a esta como “un lugar inhóspito…en invierno, malo; en verano, duro; y bueno, nunca”. Naturalmente, era una persona que estaba familiarizado con el problema de la escasez, tal es así, que en los primero 383 versos de los 828 que hay en su obra de “Los trabajos y los días” menciona y hace hincapié en el problema económico fundamental de la escasez, y como el hombre se enfrenta a su persecución insaciable de los fines y los deseos —premisa que se la usa mucho en cursos introductorios de economía actuales—.

        También se sabe que participó en un concurso de aedos en Calcis (Eubea) donde ganó. Murió al parecer en Ascra y sus cenizas fueron conservadas en Orcómono, donde se le rindió honores como fundador de la ciudad. Fue una figura que inspiraría a muchos, y a muchas escuelas de pensamiento, como la austriaca. Aunque si bien es cierto, muchos economistas y pensadores de esta escuela afirman que cuando leamos a estos filósofos del pasado, tengamos la mentalidad de que lo pasado es pasado y no confundirlo o tratar de incorporarlo con ideas del presente.

        Hesíodo, en su rol como pensador económico, también relaciona la desaprobación que las personas tienen de la holganza con la necesidad de emular los patrones de consumo de los demás, lo que nos lleva a un espíritu sano de competencia, denominado por él como, “el buen conflicto” que da como resultado una forma de movilización que nos ayuda a resolver el problema fundamental de la escasez. Pues como el decía en sus escritos, “por el trabajo se hacen los hombres ricos en ganado opulentos … pues el trabajo no es ninguna deshonra; la inactividad es una deshonra” (Hesiodo, 1978).

       Aunque, también deja en claro, que, para mantener ese orden y tal competencia, es necesario excluir métodos que puedan romper la ley como el robo, apelando al respeto por la justicia que debemos tener. Sin embargo, su visión sería mucho más optimista que la de filósofos como Platón y Aristóteles, quienes aparecieron tres siglos y medio más tarde.

 

Bibliografía

Fernández, Tomás, Tamaro, & Elena. (2004). Biografía de Hesíodo. Barcelona, España. Recuperado el 13 de Enero de 2022, de: https://www.biografiasyvidas.com/biografia/h/hesiodo.htm

Hesiodo, Péres, A., & Martínez, A. (1978). Trabajos y Días. Madrid, España: Gredos. Recuperado el 28 de Enero de 2022.

Rothbard, M. N. (2012). Historia del pensamiento económico.

 

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