Introducción
 

        Este ensayo tiene como finalidad aportar con más ideas sobre la gobernanza. Nuestro principal caso de estudio será lo ocurrido en el Ecuador en la década de los 90. De forma empírica, lo dividiremos en dos secciones. La primera que comprende desde 1992 a 1999, como el inicio de la crisis del Estado. Y el segundo periodo que va desde 1999 al 2005, donde mostraremos los mayores signos y muestras de ingobernabilidad nacional. Cuando hablemos de Crisis del Estado, nos estaremos refiriendo a la modificación en los indicadores de desarrollo producto de un cambio brusco en las políticas económicas.

 

Estado

 

        Si revisamos la literatura de la sociología y las ciencias políticas, podemos percatarnos que a lo largo del tiempo el Estado ha ido teniendo transformaciones tanto de concepto como de estructura. Inicialmente —y actualmente— era el poseedor del monopolio de la fuerza (Weber, 1919) no un Estado que decidiera por las personas. Un organismo que sería capaz de definir los roles que tengamos como ciudadanos (Foucault, 1979), porque los individuos le habíamos delegado ese poder, pasando de un orden social a un pacto social (Thomas, 1996). Sin embargo, ese Estado con un poder incuestionable, empezaba a ser muy pequeño para los grandes desafíos y muy grande para los pequeños problemas de la vida (Bell, 1987) —donde empezó a ser muy cuestionado, principalmente por la academia y por el pueblo en general—.

        En nuestro primer periodo de estudio que comprende desde el año 1992 a 1994, se empezaron a realizar varios ajustes macroeconómicos —puesto que, la economía se encontraba prácticamente acorralada, producto del fuerte sobreendeudamiento producido en la década de los 70— donde hubo ciertas medidas económicas, que fueron la que luego condujeron a la crisis del Estado ecuatoriano y su posterior ingobernabilidad en el periodo de 1994 a 2005. En ellas se hallan profundos cuestionamientos que pasaremos a analizar a continuación.

 

¿Libre mercado o fundamentalismo de mercado?

 

        En el siglo XVIII la economía clásica se encontraba en su mayor desarrollo científico, ideas como la demanda, la oferta y la naturaleza del mercado por primera vez mostraban un mecanismo para organizar la actividad económica (Cantillon, 1730). Aunque en cuestiones puramente sociales, los economistas estaban más convencidos de la idea del egoísmo racional sobre el altruismo. Adam Smith en su libro La riqueza de las Naciones —considerado uno de los documentos fundadores de la economía clásica— decía que: “cuando el individuo planea invertir todo su capital con el objetivo de aumentar su producción, está trabajando para que el ingreso de la sociedad sea el máximo posible, él está buscando su máximo beneficio, pero una mano invisible lo conduce a un objetivo que no entraba en sus propósitos” (Smith, 1777).  

        Lo que ocurre aquí es que a través del tiempo esas ideas de libre mercado han sido llevadas al extremo y se han convertido en “fundamentalismos” de mercado, es decir, pasar del libre mercado a una desregulación de mercado. Una de las instituciones financieras del siglo XXI que más representa estas posturas es el Fondo Monetario Internacional (FMI), que además de otorgar préstamos con el objetivo de ayudar a los países que ese encuentran en el subdesarrollo, muchos de sus préstamos trasciende su campo básico en macroeconomía e imponen condiciones diseñadas para incrementar la probabilidad de la liquidación de sus préstamos (Stiglitz, 2002).

        Ese fundamentalismo de mercado había llegado al Ecuador principalmente por ciertas recomendaciones que le hizo el FMI en la séptima carta de intención como la de liberalizar el sistema financiero en el gobierno del presidente Sixto Duran Ballen (1992 - 1996) no existían tales condiciones como para liberalizarlo, no había fuerte incentivo productivo en todos los sectores del país—. Los cambios en la política económica que mencionaré a continuación, fueron los que impusieron un cambio tanto en el orden económico como en la confianza social. Todo esto sucedía en 1994, cuando aún se encontraba el sucre.

        Los cambios en la política económica —y su transición al fundamentalismo de mercado— comenzaba con los créditos vinculados y la desregulación por parte del sistema financiero. Dicha desregulación produjo muchos abusos por parte de la banca (Borja, 2020) porque sus propietarios, podían utilizar hasta el 100% de su patrimonio, y algunos se aprovecharon de esta libertad, formando otros negocios como bananeras o camaroneras, sin las condiciones de mercado necesaria. Ante este riesgo, el Banco Central decidió emitir prestamos de liquidez para producir lo que se conocía como el salvataje bancario —si un banco no contaba con el patrimonio necesario, el Estado le podía prestar ese capital—. Esta situación hizo que aumente la emisión monetaria. Además, una gran parte del sistema financiero empezó a intercambiar la moneda de ese entonces, es decir, de sucre a dólares. Lo que ocasionó una devaluación masiva, que se empezaba a traducirse en inflación. El entorno social empezó a tener ciertos cambios, muchas familias en ese momento se planteaban la idea de migrar a otro país. Con la llegada del presidente Jamil Mahuad (1998 – 2000) se produjo el feriado bancario y con eso la perdida de muchos depósitos a nivel nacional.

 

Crisis del Estado

 

        Aquí se creó una “inseguridad colectiva”, una infraestructura de amenazas (Bélan, 2008) reflejando a los ciudadanos que no estaban adecuadamente protegidos. Finalmente, el cambio en el entorno social se terminó de producir, el congelamiento de los depósitos le costó al país la pérdida de 8 mil 600 millones de dólares y la desesperación de muchas familias. Como consecuencia, 3 millones de personas emigraron hacia Estados Unidos y Europa y las personas dejaron de confiar en el sistema crediticio. La desconfianza fue tal, que las altas tasas de interés provocaron una caída, tanto de los depósitos, como en la emisión de los créditos, volviéndose ineficaces para frenar la fuga de capitales. Esto causó que la variación porcentual del PIB disminuya más del 7% para finales del año 1999 (Banco Central del Ecuador, 1999).

    Como era de esperarse, el gobierno de Jamil Mahuad fue derrocado y después de esa modificación del hecho social —en términos de Durkheim, me estoy refiriendo a la migración—, marcó un antes y después para el país, se vivieron cincos años de ingobernabilidad (2000 - 2005).

 

Conclusiones

 

    Con el objetivo de cumplir con nuestro propósito inicial, este ensayo pretende concluir que la no diferenciación de las políticas económicas, como la que hay entre el libre mercado y el fundamentalismo de mercado, conlleva un peso posterior a las personas en la sociedad, que impactan en los indicadores de desarrollo como el PIB y, a su vez provocan la crisis del Estado.


Bibliografía

Banco Central del Ecuador. (1999). Producto Interno Bruto. Retrieved from https://contenido.bce.fin.ec/home1/estadisticas/bolmensual/IEMensual.jsp

Bélan, D. (2008). Insecurity and Politics: A Framework. The Canadian Journal of Sociology.

Bell, D. (1987). The world and the United states in 2013.

Borja, D. (2020, Enero 9). GK. Retrieved from Ecuador Dolarizado: https://gk.city/2020/01/09/feriado-bancario-ecuador/

Cantillon, R. (1730). Essai Sur La Nature Du Commerce En General . Retrieved 1955

Foucault, M. (1979). Discipline and punish: the birth of the prison . France.

Smith, A. (1777). An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations. London.

Stiglitz, J. E. (2002). El malestar en la globalización (Primera ed.). Editorial Taurus.

Thomas, H. (1996). Leviathan. Cambridge University Press.

Weber, M. (1919). La política como vocación. Múnich.

 

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