Para que las personas realicen diferentes acciones, tienen que tener motivaciones que las muevan, o de lo contrario serán llevadas por el materialismo humano, lo cual en el largo plazo traerá sensación de vacío. Siempre escucho decir que “hay
que estudiar para ser alguien en la vida” transformando a los estudios y los logros como el fin, y no en el medio para algo más grande como la
felicidad, como dijo Albert Schweitzer:
El éxito no es la clave de la felicidad, es la felicidad la clave del éxito
Estudiar no te hace alguien, tú
ya eres alguien, esperar que una vida vacía de felicidad y carente de
sentimientos sea llenada por lo que sea que idealicemos, solo nos refleja el
sentimiento de necesidad que nos hacer querer llenarlo de alguna forma. Todos
sabemos desde lo más profundo de nuestro interior lo que venimos hacer a este
mundo y cuál es nuestra misión, inclusive en el reino animal cada uno tiene su
papel y los realizan con sus habilidades y fortalezas lo cual es normal porque
les permiten realizar ciertos tipos de acciones que no la podría realizar otro
animal con eficacia. Pero nosotros… nosotros somos más complicados; queremos
cosas que no necesitamos, hacemos lo que no debemos hacer y lo que no debemos
hacer, eso hacemos.
Por naturaleza somos seres que
buscamos y somos competitivos, nunca nos conformamos, siempre queremos más, esa
es la definición del éxito, somos exitosos por naturaleza, por eso es que a
menudo cuando realizamos un trabajo reiteradamente en varias ocasiones
mejoramos nuestro nivel y nos superamos, lo hacemos mejor, está en nuestra
sangre hacerlo, eso se llama evolución. No podemos preocuparnos de esos temas
como la ropa, la comida, el refugio, es nuestro instinto lograr y conseguir
todo lo que nos proponemos. Recuerda que todo viene de un Dios que es
misericordioso, que nos ama, que es nuestro verdadero amigo, la persona que
realmente está con nosotros cuando nadie esta y nos ayuda a crecer, si
cometemos errores él nos dará otra oportunidad para mejorar, su espíritu nunca
nos dejará huérfano. Si el alimenta a las aves del cielo, cuanto más a
nosotros, ten fe mi querido amigo, ama a Dios, ama a la vida –si usted no cree
en el Dios de la Biblia, en este momento no pretendo hacer que lo haga, simplemente
minimice todas estas hazañas al simple razonamiento de la suerte y el azar—
Imagínate que una paloma se preocupe por volar, o un pescado le tenga miedo nadar, las aves vuelan, los peces nadan y nosotros tenemos la capacidad de hacer lo que nos propongamos. Nuestro único objetivo –y eso si preocuparnos por lograrlo— es ser felices, los animales a menudo no piensan en eso porque ellos ya son felices, en cambio nuestra felicidad se nos pierde en todo ese cumulo de pensamientos y preocupaciones innecesarias que tenemos a lo largo del día. La vida es complicada dependiendo de la cara con la que la miremos, y ese es un motivo más de no solo ser felices, si no también ser solidarios con los demás, y ayudarnos entre todos, nuestro verdadero objetivo es ser felices y preocuparnos para que los demás estén bien. No perdamos la sensibilidad, sentir compasión por los demás, tratar de entender a alguien nos ayuda a no juzgarlos.
El comportamiento extrovertido e introvertido
Juzgar a las personas no es de hombres y mujeres valientes, si no de cobardes que solo muestran el odio que llevan dentro. Tengamos misericordia. Así como existe el comportamiento introvertido y el extrovertido, en esta ocasión realizaremos un análisis diferente. El comportamiento extrovertido mira al mundo desde el comportamiento introvertido de su interior, es decir, dándole más importancia a su opinión, sus reacciones internas que a la de los demás, y eso es lo que lo hace sentirse más cómodo con las personas, porque en realidad el no necesita la aprobación de los demás, él es el único que aprueba sus acciones. El comportamiento introvertido mira al mundo desde el comportamiento extrovertido de su exterior, es decir, dándole más importancia a la opinión de los demás, las acciones que realiza no lo terminaran de convencer hasta que sienta que los demás lo han aprobado.
El secreto está en definir nuestras acciones, si nuestras acciones son para nosotros mismos, es decir, caminar por la calle, conversar con personas, los únicos que nos debemos sentir cómodos, beneficiados y hacer que la disfrutemos somos nosotros, es decir, asumir una postura extrovertida. En cambio, si nuestras acciones repercutirán en los demás y pueda que de alguna manera tener una influencia, debemos pensar también en ellos y que ellos también la disfruten, es decir, asumir un rol más introvertido. Esto lo podemos definir con una sencilla ecuación matemática.
Postura extrovertida:
Postura introvertida:
Donde
AI: la acción individual.
BI: el beneficio individual
BC: el beneficio colectivo.
En la primera ecuación, lo que
nos dice es que la acción que realizan las personas en teoría debe ser en busca
de su propio beneficio, muchos economistas clásicos como Adam Smith usan este
supuesto para formar al agente económico, un ser egoísta que busca su propio
beneficio y de esa forma logra el beneficio colectivo, sin que en sus planes
este ese propósito, lo que nos lleva a la segunda ecuación. Luego suponemos que
el individuo realizar acciones donde piense en los demás y su objetivo sea el beneficio
colectivo, en este sentido, lo que obtendrá al hacerlo será el beneficio de los
demás y por transitividad su propio beneficio, aunque no siempre buscar el beneficio
de los demás nos ayudará a conseguir nuestro propio beneficio, pero para esta
pequeña ecuación realizaremos esas simplificaciones.
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